“Siempre se ha dicho y supuesto, desde la antigüedad hasta estos días de la era de la sociedad de la información, que la información es poder. Y en el contexto de la industria de la comunicación social, ese poder adquiere el carácter o la fuerza de los intereses que representa.”
lunes, 26 de abril de 2010
El amor después del amor
Evocando sabiamente las palabras del querido Fito Paéz, "El amor después del amor talvez, se parezca a este rayo de sol" yo me di a la tarea de experimentar, voluntariamente, cómo podría ser o ver al AMOR después de haber amado. Con el atenuante que aún sigo amando, y que las razones por las que se rompió la cadena de la relación son ajenas a problemas de incompatibilidad, yo creo que he experimentado algo muy poco común: Es más bonito ahora que cuando estábamos juntos.
En principio la relación no debió nunca darse, pero el empeño del deseo siempre termina por vulnerar esos espacios vetados y termina uno arrancándose la camisa y rompiendo la falda, dando inicio a una "relación", de pareja, porque son dos, pero que se enmarca en ser amantes hasta que aparece el amor. Tantos y tantas han escrito del amor que ya uno no cree haberlo sentido nunca, pero la verdad está en que no existe sentimiento más subjetivo y permisivo, así todos a nuestra manera nos hemos enamorado. Pues aquí llegó y se plantó, tanto que no se ha ido, alargó más de lo debido el asunto hasta que, como dice mi mamá, de tanto estirar la cuerda: Se rompió.
Hace unas semanas di por terminada una serie de peleas y reclamos que estaban desgastando el cuerpo y la mente del emisor y del receptor, entiéndase que nos turnábamos. Con una carta, que será mi Karma por lo que me quede de vida, resumí las razones que me llevaban a tomar esa decisión, no sin antes decir que lo amaba y que le deseaba lo mejor. Como era de esperarse, su reacción fue de rechazo y porsupuesto no supe de él hasta cuatro días después que tomó la arriesgada decisión de hablarme; arriesgada porque previamente había estado depotricando de mi por alguna red social y escribiendo indirectas que nunca respondí. Pero, ¿cuál sería mi sorpresa al responder a su conversación? ninguna. Siguió desmoronando mi orgullo con sus palabras y sí, yo lo dejé; ya qué importaba si él y yo no eramos nada, nisiquiera "exes" porque nunca fuimos novios. Sin embargo, al otro día todo cambió.
Desde su cariñoso saludo: "Buenos días a la niñas más hermosa del mundo" supe que iba a ver la luz al final del túnel. Estarán pensando que es la estrategia del que quiere recuperar a la mujer y hace y dice de todo para endulzar el oido y etc, pues yo también lo pensé; me equivoqué. No busca nada, no quiere nada a cambio, sólo decirme lo que yo le hago sentir, contarme sus cosas, darme amor con palabras. A veces me lastima un poco no poder responderle igual, porque yo si tengo presente que no vamos a estar juntos y que la realidad es otra, pero lo he sabido manejar y creo que él poco a poco ha logrado mantenerse a raya sentimentalmente de todo ésto. La luz la encontré porque nada me ha dado tanta paz emocional como ésto, antes yo terminaba una relación y evitaba cualquier contacto con el susodicho; ahora este método me ha dado una tranquilidad que nunca esperé. Aún lo extraño y se salen las líneas del electrocardiograma cuando me habla, y creo que eso pasará siempre; pero ambos sabemos que no volveremos a estar juntos y sólo rompemos las reglas con palabras, planeamos con palabras y hasta hacemos el amor con palabras.
¿Qué puedo decir? el amor es el mismo después de haber amado, pero amar se hace más intenso, se vuelve inteligente y se mastica más antes de tragar. No sé cómo termine esta historia, quizás nunca termine; por ahora me siento a verla pasar, la dejo pasar, la quiero ver y vivir, porque alfin y al cabo para todos el amor es objetivamente diferente.
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