jueves, 22 de marzo de 2012

Ganaron los de la B

No soy muy amante de ir al estadio cuando hay un clásico, el fanatismo termina siempre imponiéndose y se arman sendas disputas que acaban con medio San Fernando. Está vez, motivada por el morbo y la distracción, decidí experimentarlo.

Cuando  América descendió mi orgullo de hincha se fue al piso, me escondí cobardemente para no permitir que los demás se burlaran de lo que para mí era un inmenso dolor. Lloré en público, recriminé y maldije innumerables veces al equipo y los directivos.  Sin embargo, me sobrepuse y envuelta en mi pasión, me vestí de rojo para acompañar al equipo, incluso más que en anteriores ocasiones.

Por supuesto los hinchas del Cali fueron quienes más disfrutaron el descenso, es apenas normal. Pensaba que quizás de ser al contrario haría lo mismo, siempre fui recalcitrante con los hinchas del verde, incluso cuando en plena crisis lo único que hacíamos era perder. Pero entonces llegó este clásico y entendí que lo de algunos hinchas y barristas caleños es una obsesión.

"Aquel 17 Q.E.P.D"
Entrar al Pascual y empezar a leer detenidamente los trapos que hicieron algunos hinchas del Deportivo Cali, me hizo pensar en  lo que dicen: “Ellos siempre están pendientes de nosotros” y si, la inversión para hacer cinco trapos, una bandera  y preparar toda una “burla” con bolsas negras para el medio tiempo sólo me deja pensar que hay en ellos un marcado interés con América. Es cierto que cada quien se gasta la plata en lo que quiere y evidentemente así lo hicieron, pero enaltecieron el orgullo de los hinchas americanos al darnos cuenta que su equipo no les brinda lo suficiente para demostrar en la cancha y en las tribunas eso que tanto vociferan de que son mejores.

La vida de asalariada me ha demostrado el valor de cada centavo que llega a mis arcas, la vida de hincha lo costoso que es buscar una manera de demostrarle a tu equipo que estás con ellos. Juntar plata con tus amigos para mandar a hacer un trapo o camisetas, reunirse antes y entregar bolsas de bombas R-12 rojas para que todos tiñamos de escarlata las tribunas; todo en función de alentar a tu equipo, que claro, está en desgracia y necesita apoyo. No tendríamos tiempo ni plata para dedicarnos a hacer trapos que sean para decirle a los otros que son unas cagados, para eso nos inventamos canciones y lo hacemos en la cancha.

"Sos de la B"
Haber ganado ese día no nos dio una copa, ni una estrella. No dimos la vuelta olímpica como insinuaron algunos, por supuesto que seguimos en la B, pero tan sólo hicimos lo que ellos no: GANAR y definitivamente en las condiciones que sean, incluso en la copa tres palitos del barrio El Guabal, ese siempre será el objetivo frente al rival de patio. Es una cuestión de orgullo, porque nosotros estamos abajo. El  cuento de la suplencia está mandado a recoger, ¿acaso no entrenan por igual? ¿No es deber de los técnicos tener una suplencia que de la talla cuando se requiera?; por el contrario los suplentes deberían estar en mejores condiciones que los titulares. Calentar banca y esperar una oportunidad, si se la dan, pues mijo, entre a quedarse con la titular.

 Tal vez otros clásicos los perdamos, pero haber ganado ese nos permite con argumentos futbolísticos, sin mucho nivel deportivo,  callar a un rival que podrá ufanarse de su categoría durante el tiempo que estemos en la B y ellos no desciendan, aunque indiscutiblemente hay hinchas que deberán evaluar si eso que llaman pasión y que dicen sentir por su equipo es lo que verdaderamente los tiene alentándolo, porque si la respuesta es otra, ¡apague y vámonos! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario