sábado, 9 de agosto de 2014

No todo residuo es sobrante

Propiedad de Platillos Voladores
Foto tomada de: http://platillosvoladores.com.co

Todo, absolutamente todo lo que se cocine en una paila y se remueva con cagüinga es una exquisitez. La gastronomía vallecaucana se adorna de manjares que atraviesan una escala de sabores desde lo más simple hasta lo más dulce, salado, ácido, preciso y culposo.

Del maíz tengo el mejor recuerdo, algunos parajes de mi infancia circundan entre costales de granos amarillos y blancos, calor y molinos;  todo derivando en arrobas de masa que serían, con dedicación y buena mano, arepas, empanadas o tamales. Aunque una “Buena cuchara” poco discrimina la comida, siempre resulta un rechazo hacia los alimentos que viven de los residuos de otros, del maíz y sus masas: La carantanta.

Patrona de la sopa, esta corteza seca, simple y crocante es ambrosía de la más olvidada; pero para fortuna de quienes nos negamos a sacar de la dieta lo que los demás quieren pasar por alto, “La Alameda”, al sur de Cali, hospeda entre sus calles un local que desde hace 30 años, tiene la misma fachada, olores, colores y cálida atención.

“Productos San Luís” se ubica en la carrera 25 # 7A -27, comparte andén con tradicionales como “Pollos Bucanero”, “Quesera La Costa” y “La Sirena”. Famosos por sus arepas, empanadas, marranitas, pasteles de yuca, dedos de queso y otras tantas delicias; se ha quedado en el álbum mental de los caleños por ser el único lugar donde se encuentra la carantanta, tan fresca y lo suficientemente sabrosa como para permearnos de gloria con cada pedazo que se  come.

Color ocre tostado, punticos residuales de maíz, el lado que se pega a la paila liso y el interior corrugado, esta cáscara bondadosa no sufre de envidias ni odios y nos deja embeberla en guisos, carnes, sopas; cualquier cosa con la que no haya más que apreciar y valorar su inolvidable sabor. La temperatura ideal para su consumo es ambiente, el ambiente de una tarde tropical que se deje llegar con una brisa de los Farallones, acompañada de una fría lulada y escoltada por un par de buenos amigos, bienvenida a la mesa.   


Pd: También existe la carantanta de maíz blanco a la que aplican las mismas recomendaciones, dese el gusto, no todo residuo es sobrante. 

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